El patchwork es una técnica milenaria que nace del ingenio y la necesidad, aprovechando pequeños retales de aquí y allá para crear algo más grande, como una manta, una chaqueta o cualquier pieza que despierte nuestra imaginación. Además de su belleza y significado emocional, el patchwork es un ejemplo perfecto de sostenibilidad. Reutilizar tejidos que ya tienen una historia no solo da una nueva vida a materiales que podrían haberse desechado, sino que también nos invita a reflexionar sobre el impacto que nuestras decisiones tienen en el planeta. El resultado es un mosaico único, lleno de colores y patrones que narran historias, y cuyo encanto reside en la armonía inesperada de lo diverso. Cada pieza tiene alma y se convierte en una obra que celebra la creatividad, el cuidado del entorno y la conexión con nuestras raíces